Buenas tardes. He redactado esta narración para presentarla al reto semanal que Nuria de Espinosa propone en su blog, la temática es el miedo esta vez. Un reto interesante, se disfruta la lectura de los cuentos participantes; os recomiendo colaborar.
A VIDA O A MUERTE
Una monstruosa criatura crece dentro de mí depredadora, como un pez piraña devora mis vísceras. No sé en qué momento preciso empezó la pesadilla pero ese engendro acuático, con cara de miedo en espejo de lago, sabe nadar en mis aguas interiores con soltura, enturbiarlas mientras a mí me ahoga. Las garras de esa bestia, que igual pueden ser las fauces de un tiburón, presionan mi garganta hasta rozar los límites del desmayo, su inconfundible propósito no es hacerme expirar sino robarme el penúltimo aliento, someterme a la tortura del estertor prolongado. Ese que silencioso lacera las carnes hasta, intenso, anestesiarlas de dolor, el mismo dolor elevado a la cúspide de su propia maceración insoportable. Es el dolor del miedo, el dolor que instalado en la mente se materializa y colonizador se hace extensivo al cuerpo y no se deja localizar ni responde a calmante alguno.
Pienso en ello y me parece mentira que el agua pueda ser ese líquido elemento tan vital y tan destructivo a la vez, tan capaz de darte la vida como de ahogarla inundada en el poderío de su fuerza cuando te somete a su terror bajo amenaza y sabes que en cualquier momento puede cumplir su tenebrosa palabra. Inyectada de pánico al agua me ahogo en tierra y me siento incapaz de amar al mar, porque me engulle. Vale que no me ha hecho nada, pero mi fobia, ese miedo irracional, sabe que con él no vale ir de heroína, que él es el héroe. Me arrastra, me sumerge abisal. A lo cual se suma el horror a un estanque, el rechazo a una laguna, a las gigantescas olas, al tiburón que atacado de sed te bebe la sangre, al trauma de la tormenta que arrecia e inunda.
El miedo. El miedo con sus mil rostros escondido dentro de mí. Subyacente en la oquedad más oscura de mi cuerpo me consume sin fecha de caducidad, me obliga, tironea hasta su hábitat hídrico. Un monstruo crece dentro de mí; miedo, fobia, agua, vida, destrucción y muerte gota a gota.
Mari Carmen Caballero Álvarez
Hola Mari Carmen, un relato inquietante y aterrador sobre el miedo a ese ser que te devora por dentro. Al propio yo interior. A la fobia a la agua, a la muerte , al miedo que no puedes parar y que crece sin control. Narras a la perfección ese miedo del protagonista que siente como el miedo le ahoga e invade sin remedio ni control , y que incluso puede pensar que la muerte es la única forma de escapar a su monstruo interior.
ResponderEliminarObjetivo cumplido.
Gracias por participar. Te dejo el enlace de mi blog donde puedes leer al resto de participantes que se van sumando. Un fuerte abrazo.
https://escritoranuriadeespinosa.blogspot.com/2024/03/participantes-convocatoria-juevera.html
Gracias, Nuria. Tu opinión me vale mucho, bien lo sabes. Algo cansada de remotas mansiones abandonadas y oscuras escenas de siniestras apariciones -es lo que surge en cuanto se habla de miedo- me decanté por la fobia. Un abrazo. Paso a leer otros textos presentados en tu blog.
EliminarMari Carmen Caballero Álvarez.
Vaya, ¡al fin!, me parece que he resuelto lo del anonimato.
ResponderEliminarNo veía la fórmula.
ResponderEliminarCualquier sensación capaz de paralizarnos, cualquier sentimiento irracional capaz de minimizarnos y aplastarnos, nos atemoriza y nos ahoga. Las fobias no dejan de producir en nosotros un rechazo tan profundo que nos producen un miedo insuperable. Una exposición de ese miedo, poética y bien desrrollada.
ResponderEliminarMe ha encantado. Un abrazo.
Sí; las fobias incapacitan. Me parece importante que se hable de ello. Gracias por leer mi cuento y comentar, Pepe. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato donde se vive en primera persona el terror a ese líquido que como bien dices nos da la vida, pero nos la puede quitar. Enhorabuena. Un texto muy bien narrado. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Campirela. El tuyo me ha gustado mucho, desarrolla muy bien expuesto el tema, admiro tu prosa con buen estilo. Un abrazo, preciosa.
ResponderEliminarDemasiado enrevesado para mi gusto particular, aunque no negaré que está bien escrito, y describe la fobia al agua perfectamente.
ResponderEliminar¡Hola! Lamento que te resulte enrevesado, igual queda algo espesito, aunque no lo he percibido así. He leído algunos de los presentados por vuestro club, no les comenté porque no he visto el enlace, igual lo vuelvo a intentar. Gracias por tu opinión, ha sido constructiva. Abrazos.
ResponderEliminarFobia al miedo, ni más ni menos. Lo peor que puede invadir el alma humana. Lo describes perfectamente, de forma cruda e imparable, como una sucesión de pasos que surgen de esa bestia a la que tanto teme el protagonista y que está emergiendo de su interior.
ResponderEliminarMuy buena aportación al reto. Enhorabuena.
La mía es:
https://marcosplanet.blog/panico-tras-el-escritorio/
Saludos cordiales
Muchas gracias por tus palabras, Marcos. Me alegra que te haya gustado mi participación, agradecida de que lo hayas leído y dejes tu opinión. Paso sin demora a leerte yo. Un abrazo.
ResponderEliminarUn miedo muy bien descrito que te paraliza a la vez que va in crescendo a través de tu cuerpo y no puedes hacer nada por abordarlo.
ResponderEliminarBienvenida a los Jueves, María del Carmen.
Un gusto leerte.
Gracias por tus palabras, Tracy. Las fobias inyectan el miedo, son un monstruo extensivo al cuerpo, todo duele. Y si es fobia al agua es tremendo porque el agua está en todas partes. Es vida y a la vez muerte. Agradezco la lectura de mi cuento y el comentario. Un abrazo.
EliminarMis miedos más intensos están en las aguas profundas, en ese abismo que me aterroriza de sólo imaginarlo, de ahí que me lleguen tan nítidas tus palabras. Un abrazo
ResponderEliminarEs tremendo cuando se apodera de una, Neogeminis. Y, por desgracia, le pasa a mucha gente. Te comprendo a la perfección. Un abrazo, princesa. Gracias por la lectura de mi cuento y por comentar. Paso a leerte yo.
EliminarEse miedo paralizante, bien dicen que la mayoría de nuestras angustias las crea la mente, pero por mucho que las racionalicemos, ahí está. Muy buen relato, besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Molí. Es verdad, las fobias y sus múltiples caras son paralizantes; es un miedo extensivo a todas las partes del cuerpo, con ellas duele todo y eso es lo que intento exponer. Gracias por leer y comentar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQue relato el tuyo tan poético, al mismo tiempo que asfixiante y angustioso! Transmite perfectamente la angustia que se siente al tener miedo o alguna fobia! Me ha encantado! Un abrazote Mari Carmen!
ResponderEliminarGracias, Marifelita. Me complace que te guste mi cuento, motivan tus palabras. Angustioso, sí, las fobias son una soga al cuello. Un besazo enorme, princesa.
ResponderEliminarme has dejado pensando Saludos desde Miami
ResponderEliminar¡Hola! Muchas gracias por opinar y leer el relato. Aunque creo que es mejor no pensar en ello. Un afectuoso abrazo, qué gusto estar en Miami.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMe ha gustado conocerte Un abrazo inmenso
EliminarGracias. Otro para ti. Un placer contactar y poder leerte. Besos.
EliminarUn relato angustioso y aterrador. Buena aportación. Saludos
ResponderEliminarlady_p
Gracias. Las fobias, cualquier cara del miedo, es monstruosa. Gracias por leer y comentar. Un cariñoso abrazo.
ResponderEliminarHe querido pasar por tu blog, lady_p, pero no me da acceso, no sé si has participado en el reto de Nuria. Un abrazo.
ResponderEliminarTu eres de la misma sudespecie que yo. Eso de que todos los mamíferos provenimos de los peces, es un invento.
ResponderEliminarMuy gráfica y metafóricamente expresado. Los verbos y calificativos del principio, aún sin manifestar abiertamente que el tema es el Agua, nos lo hacen sentir sin decirlo.
aBrazooo
Gracias, Gabiliante. Poco a poco va revelando que se trata de fobia al agua, y eso, es un monstruo interno que llega a devorar. Las propiedades del agua, tan vital y tan mortífera. Agradecida que leas y comentes. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs un relato tan inquietante que los miedo te abrazan mientras intentas no ahogarte en esas aguas tan profundas en plana soledad.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias, Cecy. Espero haber acertado con el tema propuesto, cumplir al menos sus expectativas. Disculpa la demora, se me fue a correo Spam y no lo había visto. Un fuerte abrazo, reina.
EliminarMe parece un gran acierto que el miedo a algo que crece en el interior del personaje sea el miedo, la fobia, a algo exterior. Que es tanto el líquido vital, el habitat para una diversidad de vida, como algo opresivo, hábitat de vida peligrosa, hostil.
ResponderEliminarBien contado.
¡Hola, Demiurgo! La fobia es al agua, se convierte en un monstruo que crece, aumenta en el interior del protagonista y se convierte en un monstruo. Gracias por leer, gracias por comentar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarWow, ese miedo que paraliza y no deja vivir. Un relato que lo describe perfectamente. Abrazo Mari Carmen.
ResponderEliminarAsí es; se apodera de las personas que lo padecen y es duro, durísimo. Gracias por tu opinión y lectura, Amaia. Un beso.
EliminarMe alegro de no tener miedo al agua, ¡ya que me encanta en todas sus formas! Incluso la inmensidad y las profundidades del océano ;) Igualmente, tu relato me pareció muy evocador.
ResponderEliminarGenial leerte por primera vez, Mari Carmen.
Un besazo juevero
¡Hola, Dafne! Yo tampoco tengo fobia al agua, pero conozco algunos casos tremendos e incapacitantes. Gracias por leer mi cuento y comentar. Paso a examinar tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarLos miedos son irracionales, pero temer al agua me resultaría angustioso de verdad.
ResponderEliminarBien llevado. Un abrazo fuerte
Sí; se apodera, es un monstruo que crece dentro de ti. No es mi caso, pero lo conozco por otra persona en grado muy extremo. Gracias, Albada, por leer y comentar. Un abrazo.
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