Bueno, al fin recuperé el pc averiado. Fue cosa
seria, se me borró todo el sistema operativo en vísperas del día 8 de marzo –día
internacional de la mujer-, había preparado con ilusión esta entrada. Lamento
el retraso.
CARA Y CRUZ DE LA MONEDA FALSA
-Lo que Dios
ha unido, que no lo separe el hombre. Laura y Manuel: Yo os declaro marido y
mujer –a la boda asiste Merche, amiga de la novia.
La copa de zumo ha caído al suelo. Sobre la
mesa camilla reposa el periódico.
-Recógelo,
por favor, Manuel, tengo prisa –le pide Laura, con su hija en brazos.
-Límpialo
tú, que eres mujer, para eso estáis. Para eso y para parir. No te jode -brama
él rescatando la chaqueta del respaldo de la silla y da un portazo al salir.
-Manuel
parecía diferente, Merche -están en el café Coco. Tina en la guardería.
-Así no
avanzamos –opina Merche-, sobrevivimos
integrando
una sociedad que pregona paridad y practica disparidad en todos los campos. Un
doble mensaje de agresión flagela la autoestima femenina dejando atroces signos
de tortura.
-Ya; el
hombre camina en mayúsculas y la mujer en minúsculas –dice llorando-.
-La causa precede al efecto: sin
derechos y libertades laborales, económicas o socio-personales habrá maltrato y
violencia de género y acoso sexual, Laura, eso se ajusta a la realidad con una
precisión intocable. Hemos de luchar contra un gigante y no tenemos a David.
Atiende, ven a la fundación, no le temas a él. Te obligó a dejar el trabajo, te
pega y te llama inútil ¿Qué más necesitas, di?
-Lo haré,
creo que ingresaré en Puerta Abierta,
aunque…
Sí, le tengo
miedo.
El periódico y la tele lo dicen: “Apuñalada
en su hogar a manos de su marido, (M.S.T), Laura Pon Noe, azafata de treinta
años con una hija de dos…
¿El epitafio?: “No hay que preguntar por quién doblan las campanas”.
Mari Carmen
C
Un relato con un transfondo muy crudo pero real e impactante. Y hablando de la estructura, me ha llamado mucho la atención lo de las campanas al final, le veo una fuerte relación con el comienzo del relato (boda, "las campanas de boda"...)
ResponderEliminarSí. A mí también me gusta, defender la causa feminista es una obligación, un compromiso. Me alegré mucho al descubrir que salía publicado en el libro. Y, bueno, el final aporta -o eso pretendo- carácter circular. Dicho de otro modo: La historia sigue y suma. Por desgracia, Laura no será la última ni la penúltima o antepenúltima víctima de la violencia de género. Habrá más, muchas, muchas más. Podías ser tú, podía ser yo. No hay que preguntar: "Por quién doblan las campanas" -"Doblan por ti"-. Así la historia se repite, puede continuar, puede ser una desgraciada historia interminable. Apuntando, según las pautas individualizadas, los hechos de cada una de ellas. Un beso.
ResponderEliminarMari Carmen C.