ESMERALDA
Nos
conocimos en el aire, Ramón, y tú me sujetabas. Yo te quería besar; tú me
sujetabas. Pisamos suelo en la corteza del firmamento, desembocamos sobre la
nube de aquelarre y polvo los dos en nosotros; el amanecer no era un rayo de
Sol sino Medusa. Y la consumación del acto nos convirtió en piedra… preciosa.
Y este otro que
copio a continuación lo elegí para su envío a la primera edición del certamen
Pluma, tinta y papel, organizada por Diversidad literaria en 2012.
Posteriormente fue publicado en el libro
Porciones creativas.
SOMBRA PERDIDA
Con aspecto
de cualquier cosa y características de algo parecido a nada caminando en
ninguna dirección vestías lo ineludible.
Carcomido, qué asco. Qué terror me dio el
espectro tan breve y fantástico cuando miré la tumba esa tarde buscando mi
sombra y la tenías tú.
Me gusta mucho el final del primero "nos convirtió en piedra... (esa pausa) preciosa". El segundo me ha parecido algo inquietante y muy muy simbólico el final.
ResponderEliminarDos cuentos estupendos. Un saludo :)
Son dos micros de los primeros que publiqué. Gracias a tu comentario he corregido el título de la entrada; también las imágenes de los libros se situaban al lado de un texto equivocado. Muchas gracias, te espero por aquí de nuevo. Un beso.
ResponderEliminarMari Carmen C.