miércoles, 30 de octubre de 2019

MI CUENTO PARA MINATURA 169, DOSSIER LOCURA.



HUMO
Era un Ser tan indefinido y tan vivo, tan increíblemente ficticio y tan real… Llegó al planeta Tierra después de nueve lunas. Asustaba la certeza de no saber nada de él con la certidumbre en mente de su total conocimiento de la raza. Cómo se llamaba, de dónde venía… ¿Quién era? ¿Qué opinión le merecían a él “los otros”? ¿Qué quería de ellos? Respiraba fuera del aire; por sus formas tiesas, las resonancias de su voz, sus modales entrecortados y sus automatismos se llegó a decir que era hijo de la potencial tecnología superpuntera. A ratos fue como a querer gravitar. Vestido parecía alguien, pero era verle desnudo y echar a correr. Se alimentaba de  sustancias no comestibles, compuestos químicos nocivos irreconocibles de aleación ajena, compactos, negros, fétidos servidos en la hondura móvil de un reducido hábitat circular invadido de sonoras intermitencias. Le miraban con morbo, los más escépticos dudaron de la naturaleza de su existencia. “¡Bah!, humo, pura biología sintética”. En su delirio, los menos acertados daban por hecho que era un forastero loco venido de extrañas civilizaciones de arriba. Y que tal testimonio advertía de la falsedad superdotada atribuida a nuestros vecinos de allí. Pero, ceñidos a la verdad, aquel ente orgánico inclasificable era tan solo un cuerdo que parecía un loco. Entre  locuras menores, en sus risas perturbadas canalizó el miedo por todos los continentes del planeta humano; expandiendo su eco arrastró su sombra en la fría noche. Nadie logró adjudicar  a semejante engendro incoloro patria o estatus.  
    Y al no volver a dejarse ver nada se pudo verificar, queda indeterminado si existió o su espectro fue tan solo un invento del imaginario colectivo. Su reproducción dudosa, tan dudosa como su existencia, daba que hablar; al observar incómodos parecidos razonables aún se dice que copuló con humanos. Otros murmuran que ese es el zombi de sus apariciones, los niños tienen claro que es el fantasma que les roba el sueño. En pleno delirio, expectantes, los hay que siguen mirando al cielo, y entre destellos de ilusiones ópticas aseguran que se avista cercana vida fuera del planeta Tierra.
  
Mari Carmen Caballero Álvarez




2 comentarios:

  1. ¡Hola! Me ha gustado mucho este relato. Destaco especialmente las descripciones de este Ser, que desde el comienzo hasta el final mantiene el misterio de ser real y a su vez ficticio y queda como en un plano intermedio en el que la gente hace sus propias cavilaciones sobre su procedencia. Dan ganas de conocer más sobre este personaje tan enigmático.
    ¡Un abrazo! :)

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  2. ¡Hola! Qué bien que te haya gustado. De eso se trata, sí, de crear ambigüedad entre realidad e irrealidad; existencia e inexistencia fusionan un estado mental único que deja espacio a la imaginación del lector. Muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazos.

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