miércoles, 26 de septiembre de 2018

REVISTA DIGITAL MINATURA 158. JULIO VERNE.




¡Hola a todos/as! Dejo copiado mi cuento que publicó en su día la revista digital Minatura en Castellano e inglés, en el dosier 158, dedicado a Julio Verne. Espero que, por lo menos un poquito, os guste. La mencionada publicación bimensual está entregada el terror, la ciencia ficción, fantasía y demás géneros derivados. La recomiendo por completa y rigurosa, lo que hace lo hace bien, documenta que da gusto. Recuerdo también que admite colaboraciones en la modalidad de cuento breve, adaptadas al tema propuesto.

   Y por si fuera poco, la descarga de los ejemplares es gratuita en sus dos versiones.

  Estos son los enlaces:




PALEÓFONO VERNE, VOLAMOS HACIA MARTE

El epicentro fue la idea, no sin marcados matices suicidas, de ir un paso más allá. Improvisando la hazaña diseñada en el propio gabinete se puso manos a la obra y, a pesar de que el temerario proyecto le hizo afrontar numerosos sobresaltos entre lance y lance, jamás le tentó abandonar: “Lo imposible no existe”, interiorizó. 
     
   Poco a poco, aquel brioso cacharrito de rudimentaria maquinaria que acertó a bautizar Paleófono adquiría vida propia con cada pieza ensamblada. Sus pretensiones podían más que el mismo inventor, el cual murmuraba una y otra vez que no, que “una máquina es producto del hombre y no le puede superar nunca”. Los circuitos y las conexiones se encendían y apagaban a capricho. Desobedeciendo órdenes Paleófono activaba la cabina de mandos queriendo despegar, crujían los ejes, se aflojaban las tuercas, costó acoplar  el tanque de combustible de reserva al surtidor. Muy a su pesar tuvo que adaptar el fuselaje al módulo 3. No obstante, admitiendo que su forma última no encajaba literal al croquis ni a la maqueta de hojalata y cartón que se dejaba ver sobre el secreter concluyó que el psicodélico artilugio, apellidado Verne, sin ser nada era de todo: robot, aeronave, ovni, podía pasar por el dron de Tesla… ¡¡Y funcionaba!!, desmontando en su logro a la mismísima paradoja de Fermi. Lo constató cuarenta y ocho horas después al percibir inequívocas señales cósmicas procedentes de “los anfitriones”. Miró al Cielo esa noche sin estrellas, pero él las vio. Paleófono Verne le desplazó hasta la ultraterrena morada siguiendo las coordenadas teledirigidas de la inteligente civilización marciana. 
   Caído en la trampa, el genio fue acusado de espía, mas los extraños seres eludieron los  “métodos” del cráter ReTA-O, en el área helada. Tan solo se le privó de rienda suelta.

    Y muchos son los que creen que desde allí envía encriptaciones, desconocidos signos lumínicos que los habitantes del planeta Tierra no saben interpretar. 
      
   Por algo en las filas del gremio se cuchichea: “El mundo aún se mueve porque cuenta en la sombra con un punto de apoyo: Julio Verne”.

2 comentarios:

  1. ¡Me ha encantado este relato! Me quedo con algunas frases como: “Lo imposible no existe” o "Miró al Cielo esa noche sin estrellas, pero él las vio." En esta segunda, es que he visto la imagen claramente.
    Un abrazo :)

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  2. ¡Hola! Me alegra que te guste mi cuento. Tratándose de un visionario como Julio Verne, creo que la segunda frase dibuja una imagen muy real. Gracias por pasarte y comentar. Saludos.

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