MI QUERIDA MADRE; PARA QUE LO SEPAS, SÍ, QUIERO QUE
SEPAS QUE HOY ENTIENDO UN POQUITO MÁS LO QUE TE PASA, LO QUE ME ENSEÑASTE Y TU
ESFUERZO REALIZADO DÍA A DÍA, MINUTO A MINUTO DESPUÉS DE REFLEXIONAR QUE HASTA LOS SEGUNDOS DE TU VIDA TE ROBARON MI
EDUCACIÓN Y MI FORMACIÓN. TU SACRIFICIO INCONDICIONAL CRISTALIZA FRENTE A MÍ
COMO EL BRUSCO DESPERTAR DE UNA FATAL PESADILLA. TUS LIMITACIONES ME DUELEN. NO; YA NO INCOMODAN NI SERÁN RECHAZADAS.
DUELEN. Y LAS ACEPTO COMO EL SEDIMENTO DE UNA ENTREGA TOTAL: LA DE TU VIDA, TUS
DESVELOS Y TU SINCERO AMOR HACIA MÍ, MADRE, QUERIDA MADRE MÍA.
Mari Carmen C.
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