MI COMPAÑERO EL AMOR
Solemne saludo, Amor.
Te amo. Porque me excitas, me enredas, manejas los hilos entre las luces rojas
del fuego de Prometeo. En el angosto pasadizo de la desesperación bailas en mi
interior la danza del vientre. Te amo, Amor,
te amo por dentro y por fuera. Enfadada
o contenta, llorosa o sonriente, con ganas o sin ellas, a plena luz, en el
transcurso de la noche, al principiar el día... o… cuando en el crepúsculo abro
la balconada y me asomo. Tú me haces cortar una margarita, cuidar las amapolas,
sentir que siento sintiendo, respirar…
Tú, sólo tú, al
clarear el día… me haces vestir el peplo de Afrodita cuando vamos juntos a un
lugar portátil en un sitio de quita y pon. En la Terminal del Cielo me
regalas treinta y tres cerezas muy rojas. Rociada de lluvia de oro entre amorcillos
respiro. Y el aire eres tú. Un nombre común dentro de algo propio.
Mari Carmen C.
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