lunes, 15 de octubre de 2012

OTRO CUENTO DE MI AUTORÍA: TORMENTA EN ISLA GARABATO


                                  
Plañidera avanza por la llanura; sufre de amores, dicen, por un ejemplar al que dobla la edad; sus corazones y anillos traslucen el plano. A la vera del repecho la lombriz de tierra anuda los extremos y el círculo flota en lágrimas gestando Isla Garabato. Donde la Ilusión pone el punto de apoyo, entre lo Breve y lo Eterno se alza lo Imposible.
Con carácter ambicioso aterriza la nave Ovnigadget tripulada por Fantasía, Misterio, Cienciaficción, Terror y todos sus Hijos y sus Nietos. En Isla Garabato hacen escala.
-Lograremos el tesoro… -sentencia Cienciaficción en lengua Neisi– Será al amanecer -sabe del pecio con monedas de cobre, ha oído la consigna de Épico, el hijo ausente.
-¿Al amanecer, Cienciafi? –sonsaca con voz delgada, Misterio, llenando la cachimba.
-¿Acaso no me expliqué..., Místeri? –expone, reclinado en la corteza del calambuco.
-Al alba, Amo…–fija Pánico- será tarde, un anélido, Señor, sin lluvia, al Sol muere.
-Un anélido, ¿qué decís? –reparando en la lombriz garabato del soporte y en su plano.
De lo Oscuro y Enigmático sale lo Feo: a saco piratas contra nativos, hasta un quipu pisan, el quechua de la cerbatana pelea apoyado de interplanetarios, la disconforme Edad huye. Ícaro cae allí derretido, Atahualpa reo de Pizarro, oro y plata en el pecio.
-¡Los Nenúfares Alados! -Imaginación carece de tornillos-, en ellos regresaremos.
Terror, ¡fuera, cabrón!; los rehenes Aire y Fuego brotan de zona reservada. La puta Herida chilla “¡bálsamo, bálsamo de María!”. La muñidora Intriga atina a solventarlo.
Invocado el Oráculo de día llueve; un fatal rayo fragmenta la nave dentada anulando el retorno. Emerge un Macrocosmos multicultural, a la cabeza ondean sus banderas.
Terrestres y extraterrestres de tornillos mal puestos y clavos sobrantes conviven en él.
El abundante oleaje isleño traduce los idiomas. Gótico, el perrito de aquí, copula con Mítica, la perrita conversa. La prole “¿será Gamma o X?” Viene con infrarrojos.
-Qué coñazo –acierta a vaticinar con calentura, Fantasía-, ¡¡mi hijo nacerá terrícola!!

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